segunda-feira, 24 de dezembro de 2012

cuarenta y tres

Por lo general era muy desgraciado, eso no puede negarse, y también podía hacer desgraciados a otros, especialmente si los amaba y ellos a él. Pues todos los que le tomaban cariño, no veían nuca en él más que uno de los lados. Algunos lo querían como hombre distinguido, inteligente y original y se quedaban aterrados y defraudados cuando de pronto descubrían al lobo. Y esto era irremediable, pues Harry quería, como todo individuo, ser amado en su totalidad y no podía,por lo mismo, priincipalmente ante aquellos cuyo afecto le importaba mucho, esconder al lobo y repudiarlo. Pero también había otros que precisamente amaban en él al lobo, precisamente a lo espontáneo, salvaje, indomito, peligroso y violento, y a éstos, a su vez, les producia luego extraordinaria decepción y pena que de pronto el fiero y perverso lobo fuera además un hombre, tuviera dentro de sí afanes de bondad y de dulzura y quisiera además escuchar a Mozart, leer versos y tener los más decepcionados e irritados, y de este modo llevaba el lobo estepario su propria duplicidad y discordia interna también a todas las existencias extrañas con las que se ponía en contacto.  

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